Sí, Sayula. Frecuentemente confundida con Sayulita, esta ciudad del estado de Jalisco se encuentra a 97 kilómetros de la capital tapatía y a 107 de Colima. Desde sus montañas se aprecia el Nevado de Colima o la ya inexistente laguna de Sayula. La urbe es pequeña, en realidad podría pasar por un Pueblo Mágico, aunque una remozada a las calles y avenidas podría ser lo que les falte para convertirse en uno.
Sayula cuenta con todas las amenidades necesarias para disfrutar de un fin de semana lleno de acción y aventura sobre la bicicleta. Te recomendamos salir temprano de Guadalajara y tomar camino hacia Colima, 97 kilómetros después estarás entrando a sus calles, donde existen diferentes opciones para hospedarte. Para aquellos que vayan con más presupuesto y quieran disfrutar de las delicias de un hotel spa, les recomendamos instalarse en la Gran Casa Sayula o la Casa de los Patios. Si desean estar en un lugar cómodo y un poco menos lujoso, vayan al Mesón del Ánima.
La ciudad es sostenida principalmente por su labor agrícola y las actividades dentro de la misma localidad no son muchas, pero afortunadamente está rodeada de eso que los ciclistas de montaña consideramos un edén. Sí, estamos hablando precisamente de las montañas.
Puede interesarte “Disfruta tu bicicleta todo el año sin importar el clima”
Para recargar la batería es buena opción darse una vuelta por el zócalo principal y comer en uno de los restaurantes típicos de la zona. Después, hay que tomar camino hacia la calle de Río Usumacinta, que desemboca en las faldas de la cúspide. Una vez en el punto de inicio puedes realizar varios recorridos, todo dependerá del tipo de bicicleta que lleves, pero hay para todos los gustos.
Si ruedas Cross Country hallarás kilómetros y kilómetros que te lleven, tanto por camino ancho como por singletrack, montaña tras montaña. Dependiendo la época de tu visita, el clima puede variar bastante con temperaturas que oscilan entre los 35 y siete grados. Si planeas una ruta larga y vas en época de lluvias, no olvides llevar tres capas de ropa. Una playera de base, aunque no sea térmica, tu jersey y un rompevientos impermeable serán indispensables para cuando la lluvia caiga y el viento comience a soplar con fuerza.
Algo que también le recomendamos a los que pedalean por aquí es que vayan con las ruedas de su bicicleta convertidas a tubeless, o lleven varias cámaras de refacción o parches para repararlas. La vegetación es predominada por los famosos huizaches, que son árboles (más bien casi como arbustos) que en sus ramas tienen unas espinas bastante largas y filosas. Ninguna cámara resiste sus pinchazos y quedarte a la mitad del recorrido por no ir prevenido en este sentido sería una lástima. Antes de llegar a los bosques tendrás que pedalear por partes donde el terreno está lleno de piedras de todos los tamaños, colores, sabores y texturas…