Los 5 magníficos
El cerebro, el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones son cinco de los órganos más importantes que tenemos, sin ellos simplemente no podríamos vivir o nuestra calidad de vida sería muy baja. En toda actividad, y en el deporte no son la excepción, juegan un papel fundamental, pues son los principales responsables de un buen desempeño físico.
Durante la práctica del ciclismo, el cerebro actúa como mediador y cuando sientes cansancio debido a la actividad física, puede inhibir esta sensación y mandar instrucciones al cuerpo para que el organismo permanezca equilibrado y seas capaz de mantener el ritmo de pedaleo. También es el encargado de ordenar los movimientos de maniobra que tienes que hacer en función del tipo de terreno donde estás compitiendo o entrenando. La mejor manera de cuidarlo es utilizando un casco protector; de hecho, está comprobado que el casco mantiene más fresca la cabeza, pues traerla al aire libre, expuesta directamente a los rayos del sol, resulta más perjudicial. Además, dado el dinamismo de esta disciplina, el uso del casco es obligatorio en todas sus modalidades, pues ayuda a amortiguar el impacto en caso de sufrir alguna caída durante el recorrido.
Por su parte, el corazón es el encargado de transportar tanto el oxígeno como el alimento que requieren los músculos que entran en acción. No es lo mismo pedalear de manera relajada a hacerlo a un ritmo mucho más intenso y donde, por obvias razones, requerirás de un mayor flujo sanguíneo para ser capaz de mantener la intensidad del ejercicio. Cuando subes la velocidad en la pedaleada, forzosamente aumentarán tus pulsaciones y necesitarás que tu corazón comience a bombear y a enviar una mayor cantidad de sangre a los músculos. Es complejo, pero puedes lograrlo a base de entrenamientos constantes. La mejor manera para conseguirlo es realizando sesiones largas y suaves; es decir, recorrer grandes distancias a un ritmo lento, ya que así conseguirás que tu corazón gane volumen y poco a poco vaya eliminando toxinas.
Los pulmones son los encargados de proporcionarle oxígeno a todos nuestros músculos y al mismo tiempo depuran al organismo eliminando el dióxido de carbono que acumulamos en el cuerpo. Con el simple hecho de comenzar a rodar notarás que tu respiración aumenta, esto significa que tu diafragma está trabajando de manera correcta y podrás mantener bien oxigenados a todos los músculos que están en movimiento. Es muy fácil cuidarlo y con un sencillo ejercicio estarás garantizando su óptimo funcionamiento. Inhala mucho aire, al grado de llenar completamente los pulmones, posteriormente ve sacándolo lentamente hasta vaciar completamente la zona pulmonar. Haz tres repeticiones seguidas de este ejercicio al día y estarás ganando capacidad y potencia pulmonar que se reflejará en un buen desempeño deportivo arriba de tu bici.
Respecto al hígado, este órgano es el que produce y libera la glucosa que viajará a través del torrente sanguíneo. Al mismo tiempo cumple con la misión de almacenar el glucógeno que se libera al realizar ejercicio moderado y que obtiene de los alimentos consumidos con anterioridad. Este órgano actúa sintetizando el ácido láctico que se genera en el cuerpo y lo convierte en glucógeno que más tarde será utilizado por las células pero en forma de energía. Existen dos maneras de cuidarlo: la primera es manteniendo una buena base de nutrientes y la segunda es proporcionándole un tiempo adecuado de recuperación. El primer punto lo cubres comiendo de manera saludable, hay que ingerir carbohidratos de asimilación lenta y hacer todas las comidas del día. La recuperación es trascendetal, pues el hígado necesita descansar, más si has realizado entrenamientos fuertes donde ha estado sometido a estrés y un constante trabajo de transformación de energía.
Los riñones son los órganos que se encargan del trabajo sucio, su labor consiste en drenar y limpiar nuestro cuerpo. Por medio de ellos, el organismo elimina todas aquellas sustancias que no le son de utilidad expulsándolas por conducto de la orina. Al realizarse una sesión de pedaleo a gran intensidad, el organismo genera vasoconstricción, un efecto que sólo ocurre en los riñones y que evita que el ciclista pierda muchos líquidos y se deshidrate. La mejor manera de conservar sanos tus riñones es estando perfectamente bien hidratado, ya que así tendrán poco trabajo, pues el agua contenida en nuestro cuerpo hará las funciones de “barredora” y arrastrará y eliminará todo lo que no le sirve al organismo. Pero es necesario aclarar que no necesitas tomar agua en abundancia durante todo el día; de hecho, con que bebas un litro una hora antes de salir a pedalear será suficiente, y posteriormente, cada 15 minutos ingiere más agua pero en pequeños tragos.
El resto del equipo…
Dada las características naturales del ciclismo, el páncreas necesita liberar energía para que sea utilizada por los músculos. Para conseguirlo, tiene que aumentar la secreción de glucagón, sustancia que a su vez estimula al hígado para que éste libere glucógeno al torrente sanguíneo y la energía fluya y llegue a los músculos, que la requieren para aumentar o mantener el ritmo de pedaleo durante un entrenamiento o una competencia. Si quieres conservar saludable a este órgano, lo único que tienes que hacer es realizar sesiones de calentamiento previas a tu entrenamiento o competencia.
Otro de los involucrados es el intenstino, cuya tarea es similar al de una bodega. Representa al órgano donde se depositan todos los nutrientes que ingresamos al cuerpo por medio de la comida. Aquí todo lo que entra es analizado y seleccionado. La parte de los nutrientes que son de utilidad para el cuerpo los separa y los almacena como fuente de energía que más tarde utilizará, y la parte que no sirve simplemente la desecha. Recuerda que comiendo de manera equilibrada estarás garantizando la suficiente energía para encarar a buen nivel alguna competencia importante. Para asegurar el óptimo funcionamiento de este órgano, necesitas llevar una alimentación balanceada y rica en nutrientes. Los carbohidratos son la principal fuente de energía para los ciclistas y que éstos deben representar el 65% de la ingesta total diaria, pero no te olvides de las proteínas, pues ellas ayudan a la recuperación muscular y aportan energía de reserva. Si vas a salir a rodar a un ritmo suave podrás comer cualquier tipo de alimento; sin embargo, si tu sesión será intensa lo mejor es utilizar los geles, siempre acompañados con agua para que tu cuerpo los asimile de mejor manera.
Las articulaciones son las que nos permiten movernos con total libertad, sin ellas seríamos seres totalmente rígidos y sin la elasticidad para desplazar cualquiera de nuestros músculos. En los ciclistas es muy común que se presenten lesiones de rodilla y de brazo, por lo que es necesario, para mantener unas articulaciones fuertes y en buen estado, realizar estiramientos antes y despues de tus rodadas. Recuerda que tienes que estirar cuello, espalda, brazos, piernas, lumbares y el psoas.
Por último, pero no menos importantes están los músculos y los tendones. Gracias a los primeros es que los ciclistas pueden manisfestar toda su fuerza y proyectar cuerpos atléticos y estéticos. Los segundos representan la unión entre los músculos y los huesos y ayudan a que las articulaciones funcionen adecuadamente. La mejor manera de evitar problemas tendinosos es calentar perfectamente bien antes de entrar en acción y posteriormente comenzar a pedalear de manera progresiva. También es conveniente que acudas al gimnasio para fortalecer los tendones realizando un trabajo específico para esa zona. Con una vez a la semana será suficiente.
Este fue un rápido recorrido por todas las zonas de tu cuerpo que entran en acción durante la práctica del ciclismo en cuaquiera de sus modalidades. Ahora que ya sabes cómo funcionan y cómo debes cuidarlas llegó el momento de ponerlo en práctica, sacarle el mayor provecho y ser la diferencia al momento de pedalear.